La Almazara:
Nuestra SCA “San Antonio” fue fundada el 08 de mayo de 1960 por 35 de nuestros abuelos. Ubicándose en un principio la fábrica en el interior del casco urbano, hasta el año 2005 que se trasladó a donde hoy se encuentra, en el camino de San Marcos s/nº de Cogollos Vega. Se comienza a molturar aceitunas de esos primeros socios, a los que en años sucesivos se les fueron uniendo otros vecinos de la localidad, hasta llegar a nuestros días en los que la componen más de 400 socios de entre los que se encuentran residentes de otros pueblos cercanos como Nivar, Güevejar, Calicasas, etc. En aquellos años difíciles, ese grupo de emprendedores deciden pasar a un primer plano en cuanto a la producción y comercialización del fruto de sus olivos, naciendo al idea de crear una almazara en terrenos situados en la avenida principal del pueblo, hasta el punto de verse obligados a poner al frente sus propias tierras, como aval para conseguir un préstamo bancario imprescindible para el desarrollo de tan ambicioso proyecto como era el de construcción de una fábrica propia donde poder moler su aceituna.
Cogollos Vega es un pueblo que hasta hace pocos años vivía prácticamente de la agricultura y la emigración. Casi la totalidad de sus tierras fértiles están dedicadas al cultivo del olivar. Donde para conocer el origen de plantaciones autóctonas que aun conservamos tenemos que echar la vista atrás varias generaciones de agricultores.
La casta de olivo predominante es la LOAIME. Árbol que con la llegada de factores tan diversos como nuevas técnicas de cultivo, precio de la aceituna en función de su rendimiento, coste de producción y mantenimiento del olivar, etc. van obligando al propio agricultor a ir sustituyendo estos árboles centenarias (los LOAIMES), por otras variedades más productivas existentes en un mercado actual, pasando por encima detalles tan importantes como pudiesen ser los relacionados con la calidad de su aceite o sabor de sus aceitunas, en cuanto a degustación se refiere, o por otro lado perder ese referente histórico o cultural que para nuestro pueblo y comarca en general ha venido siendo una planta tan majestuosa como es y seguirá siendo “el olivo de casta loaime”. Una aceituna que debido a su escaso amargor, es de las pocas que se pueden tomar en la mesa una vez madura con el simple añadido de un poquito de sal, sin ningún otro tipo de procedimiento donde se utilicen productos químicos o condimentos alimenticios necesarios para quitarle ese regusto tan amargo que caracteriza a cualquiera del resto de otras variedades.
Según un estudio realizado por la universidad de Granada el olivo loaime se localiza en la provincia de Granada, justo en su zona norte, existiendo unas 6000 hectáreas de las que 2000 las adjudican al pueblo de Cogollos Vega. Pues bien, yo diría que a día de hoy son muchas menos las que nos quedan, ya que estamos hablando de un olivo que se podría catalogar en grave riesgo de peligro de extinción.
Hoy la sociedad nos demanda para cualquier tipo de producto que sea competitivo sin importarle lo más mínimo la calidad del mismo dentro de unos márgenes de referencia establecidos; a pesar de eso nosotros apostamos porque nuestro aceite este por encima de esa calidad mínima exigida. Esa competitividad existente en detrimento de la calidad es la gran lacra que siempre ha rodeado a este majestuoso olivo centenario que engalana los campos en nuestra región desde los primeros pobladores árabes a los que se les atribuye el origen de su plantación. Sus frutos son de menor peso y rendimiento que lo puedan ser los de otras variedades en el mercado, como picual o arbequina (rendimiento de entre un 20-25º/o en aceite, frente al picual que puede superar con facilidad el 30º/o). Esto lleva al agricultor a sustituir sus fincas de olivar loaime por otras castas de mayor rendimiento y fácil crecimiento. En contraposición perdemos el sabor de nuestra tierra, como es el de un aceite afrutado, que a diferencia de los aceites que estamos acostumbrados a tomar los cuales nos dejan al paladar un sabor amargo que a la mayoría de los consumidores no nos gusta, a pesar de lo que diversos grupos de catadores profesionales nos quieran tratar de convencer, este aceite de aceitunas loaimes, conserva todo su afrutado dejando a un lado ese tono amargo para sustituirlo por uno mucho más dulce y sabroso.
Todo esto nos ha impulsado a tomar la iniciativa y apostar por un aceite propio de nuestra tierra, con raíces, de una calidad excelente, aunque para ello tengamos que sacrificar algunos aspectos como el que se refiere a un menor rendimiento de sus aceitunas. Para ello surge la idea de llevar a cabo un PROYECTO DE CONSERVACION Y REPOBLACIÓN DEL OLIVO DE CASTA LOAIME. Este proyecto se enmarca como primer objetivo dentro de un plan o convenio de colaboración entre entidades/empresas con actividades de interés general, que se firma el pasado día 14 de abril de los corrientes por el Excmo. Ayuntamiento de Cogollos Vega, la SCA “San Antonio” y el IES “Emilio Muñoz”. Con ello se pretende que nuestros agricultores no arranquen y sustituyan esos olivos centenarios por ningún otro, sino que los vayan conservando y aumentando en cuanto a su número se refiere.
¿CÓMO NACEN LAS
COOPERATIVAS?
A partir de mediados del siglo
xx, comienza a aplicarse la tecnología propia de la industria a la almazara. La
gran capacidad de producción propició el tratamiento de un gran número de
toneladas de aceitunas, de tal forma, que la aceituna podía ser tratada el
mismo día de su recogida mejorándose así, la calidad del aceite.
Para afrontar los elevados costes
de la maquinaria, los olivareros fundaron cooperativas en las que invertían
dinero, a cambio obtenían su propio aceite.
Los integrantes eligen
directamente a sus directivos, lo que genera una gran confianza entre todos los
socios.
¿QUIENES SOMOS?
· Bienvenidos a la cooperativa de San Antonio “Los
Loaimes”, sociedad olivarera que fue fundada en el año 1960.
· Les ofrecemos productos de excelente calidad
para los paladares más exigentes, conservando la tradición cultural del proceso
de recogida de la aceituna y producción del aceite.
· Cualquiera de nuestros productos, están
elaborados para disfrutar de un intenso sabor junto con un armonioso bouquet.
· Quizás hay que destacar nuestro aceite especial “oro verde” extraído de olivos centenarios de
casta loaime, el cual nos enorgullece, su escaso amargor da paso a un sabor
equilibrado, indicado para cualquier uso culinario, ya sea ensaladas, tostadas,
bocadillos, fritos, asados y por supuesto postres.